martes, 16 de octubre de 2012

Café con canela


La sensualidad tiene ojos negros que le
pertenecen a el cuando observa al mundo.
Ese mundo que se nutre de miradas desfallecentes,
que huele a café matutino con toques de canela en sus
manos. La sensualidad es su mirada rosandome la
espalda, mientras rezo un par de susurros dentro de
mi cabeza deseando hablar en su aliento.

Pensamiento tras pensamiento, me sofoco de
anhelos, mi vientre se abre ante sus ojos negros
llenos de doloroso fuego, hiriendo cada parte en mi
interior.

Cuando ve mi interior con esas miradas de ojos
que lo ven todo y a la vez que no ven nada, con
la pesadumbre de días agotadores que lo
enceguecen ante las posibilidades de la noche.

Sus roces casuales cuando se abre entre las mesas
es un augurio de alta tensión, corroboro que pasa
por esa brisa que me trae olas contra las rocas.

Y ahí viene, y ahí se va, es una nube salvaje con
aires de felino mal herido, corre de la suerte y se
cobija en la serenidad, en esos ojos que no ven
nada y que lo ven todo, y esa boca que se priva de ahondar
por la cortina nebulosa del humo constante.

Me mata el alma, me abruma de misterios. Sostiene
en sus manos pasión perfumada, sostiene en sus
ojos la expresión de las puertas oscuras que lo
vuelven eternamente abatido, es casi mi lecho, es
un drama de placeres. Es el moviéndose en mi cuando
todos a mi alrededor comentan el buen día que hay
afuera.

martes, 18 de septiembre de 2012

Pensamiento 1º después del receso.


En tinta se ha ido mi vida, sobre papel que absorbe
su color, sobre días de tardes eternas y dosis medidas
de sonrisas a media asta.

Sobre la realidad ineludible e incambiable de que
toda sensación de plenitud es pasajera, con la sorpresa
de elegir entre una mano u otra que camino será mi
compañero fiel.

Sonrío, entre la nieve del clima de mis pensamientos,
bailo dentro la cabeza implacable de aturdidos Dioses.
Soy ligeramente feliz en la cima del sol que quema, y no
me quejo de dichas cicatrices, soy feliz con las llamas
ardiendo en mi piel.

18 de septiembre, 2012.

Dennisse.

sábado, 5 de mayo de 2012

Cumbres Borrascosas.


Sobre los páramos salvajes y ventosos,
rodariamos y caeriamos sobre el cesped.
Tú tenias un temperamento como mis celos:
Demasiado fuerte; demasiado ansioso.
¿Cómo pudiste abandonarme cuando
necesitaba poseerte?
Te odié. También te amé.
Pesadillas en la noche... me decian que iba
a perder la lucha. Dejar atrás mis cumbres,
cumbres, borrascosas.
Heathcliff soy yo, Cathy. Ven a casa.
¡Tengo tanto frio!
Permiteme entrar por tu ventana.
Heathcliff soy yo, Cathy. Ven a casa.
¡Tengo tanto frio!
Permiteme entrar por tu ventana.
¡Esta oscureniendo! Me siento sola, al otro
lado de tu ventana.
Languidezco mucho. Encuentro que nada
tiene sentido si no te tengo a mi lado.
Estoy volviendo, amor.
Cruel Heathcliff; mi único sueño. Mi único
señor.
Hace mucho tiempo que vago por las noches.
Estoy volviendo a tu lado para componer
las cosas.
Estoy volviendo a casa, a cumbres, cumbres
borrascosas.
Heathcliff soy yo, Cathy. Ven a casa.
¡Tengo tanto frio!
Permiteme entrar por tu ventana.
Heathcliff soy yo, Cathy. Ven a casa.

/14-10-2011/
Memorias latentes.

domingo, 1 de abril de 2012

Mariposas durmientes.

Fuera de mi mente, fuera de la realidad lógica.
Sentada frente a la montaña majestuosa que conforma mis sueños.
Me quedé inmóvil esperando.
Contemplando nubes pasajeras, aves flotantes,
anaranjadas formas queriendome arrastrar hacia el ultimo exhalo.

Respiro, siento aquel ya lejano atardecer en mis hombros.
Siento la calidez del sol quemandome el pensamiento.
Usándolo a él como inspiración
para sus historias, sus cuentos llenos de fantasía.

Y juego, juego con las miradas furtivas de los tiempos venideros.
Sobre valoro las sonrisas, los buenos gestos. La candidez de la vida
que me ofrece dulces jardines de alegría.

Suspiro nuevamente enredada entre los soplos calurosos
del amor delicado, entregándome a la suspicacia y a la mirada hacia el
horizonte. Tomo de su mano y sigo caminando, no quiero soltar
jamás su segura iniciativa.

Vuelo para encontrarle, trasciendo ante los viajes que nos separan,
emblandesco mis planes, porque su presencia en mis intenciones
es real, tanto como que ahora pienso en que su sonrisa
viaja a visitarme esta noche llena de mariposas durmientes.