sábado, 15 de octubre de 2011

Pasaje hacia lo infinito

Cierro mis ojos, todo a vuelto a la normalidad. Las paredes
han vuelto a ser blancas, la brisa entra por la ventana.
Vuelvo a ser sincera, vuelvo a decir lo que siento, ya no me
absorbe la doblez con sus sonrisas plásticas. Amuño y tiro
al tacho de la basura sus golpes beatos.

Vuelvo a la naciente dicha, de acostarme con la duda,
beber de las pruebas fehacientes, tener el placer de ver con
mis propios ojos.

Quizás a mil metros sobre el cielo no sufrirás, quizás todo
sea soleado, no así se asegura ser feliz. Dicen que existen dos
opciones, ¿cual de las dos tomarías, si una es desaparecer?.

Y en su tiempo justo, el amor se vuelve suplica, el amor se
vuelve un grito desgarrador que dice ¡salvame!, termina
siendo no más que una palmada en la espalda.

Las lágrimas derramadas, serán solo gotas echas de sal,
echas de compuestos de vida. Vida arrojada al mar, por la
elección errónea, pero libre elección al fin y al cabo.

Elegiste tomar un pasaje hacia lo infinito, un pasaje sin vuelta
a atrás.

Y solo existe un camino, solo un camino.

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