sábado, 4 de junio de 2011

Breve conclución de día sábado por la tarde.

La vida últimamente me ha enseñado que esos clichés
de los que tanto escuchaba y me burlaba son ciertisimos,
como por ejemplo que después de una fatalidad o un
desacierto siempre encontramos una enseñanza,
tal como en las fabulas. No todo suceso malo, llega a
ser concluido como malo siempre, llega un momento
en el que incluso lo sientes necesario para el desarrollo
de tu sabiduría.

Hoy, pensando y en unas de mis tantas pajas mentales, si
señores, ¡pajas mentales! que no necesariamente deben
importarles. Yo solo escribo porque sino a medianoche
me siento atorada, es una necesidad casi fisiológica,
que pretendo seguir puliendo, no por sorprender a nadie
ni para alardear de mis habilidades literarias, sino porque
amo con todo mi corazón dejar mi huella de alguna manera,
plasmar en papel (en este caso papel digital) mi existencia,
que un día mis nietos puedan leer esto y sientan la esencia
de lo que fue Denisse.

En fin, siempre me desvío de los temas que quiero desarrollar,
el asunto de hoy es que me siento más tranquila que ayer,
desterré ciertos recuerdos, fluí entre emociones que aun se
albergan por algún rinconcito de mi y serenamente sentí
que era momento de enfrentarlos con objetividad y raciocinio,
la verdad es que este ultimo año ha sido totalmente
incidente en mi actitud actual, tengo una visión mucho más
lógica de las cosas, algo que no tiene porque ser frió si le
agregas una dosis de corazón, pero ya no incluyéndolo al
cien por ciento en las decisiones.

Hoy me siento una mujer más fortalecida, dispuesta a enfrentar
desafíos y a decidir cosas para mi vida, si, mi vida.

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